Soy..

Soy la foto que hiciste con los ojos del lugar mas bonito encontrado.
La pua de la suerte del peor cantante en una barra de Madrid.
La pluma de la voz que nunca grito porque nació susurrando.
Las obras de arte que me robaron la mirada.
Y los versos de Miguel Hernández entre los de Diego Ojeda.
Y solo lo intento reflejar..

sábado, 2 de abril de 2016

Y ahora un cuento..

Cuenta una leyenda, que si tiras una concha en el mar y la encuentras, algo maravilloso va a pasar.
Pero sigue contando que si la encuentra una persona y la conserva, el amor por ti le alcanzara, y no solo eso, eterno será.
Con estas ideas en la cabeza, Marta tiro la concha al mar.
Y volvió paseando por la orilla, dejando las huellas que el mar se comía.
Cada día volvía a la playa, intentando encontrar una concha que tenia dos rayas verticales de un color anaranjado. Siempre pensaba en eso cuando la buscaba, primero naranja decía.
En su cabeza se imaginaba que algún chico de su pequeño pueblo, cogía una concha con dos rayas naranjas y se la guardaba en el bolsillo, lo pensaba siempre porque muchas veces se sentía sola, quería un amor para toda la vida y parecía que esa misma vida, se había empeñado en no darle nada.
La playa seguía siendo la misma y ella ya casi perdía las esperanzas de encontrar una concha parecida, ni de que nadie la encontrara. Se la habría comido el mar pensaba.
A su casa volvía siempre, con el pelo enredado de la sal del mar y con una sonrisa triste en la cara.
- ¿ Que te pasa?_ la preguntaba su abuela._
Y ella apenada no respondía nada.
Cada día la sonrisa triste se fue convirtiendo un poco menos en sonrisa y mas en lagrimas, y su abuela observaba por la ventana y la desenredaba el pelo en silencio.
Y así pasaban los días, y mas días , y ni rastro de su pequeña concha naranja.
-¿ Donde estará ?_ se preguntaba._
Y el verano cada vez se marchaba mas y ya no podía bañarse en la playa, porque el mar además de congelarla el alma la congelaba el cuerpo.
Y comenzaron las lluvias tan deseadas por algunos y tan odiadas por otros.
Y Marta rompió a llorar en la ventana, como el cielo.
Ya no era solo la concha, si no que las cosas no marchaban bien en su casa, ni en el instituto ni en nada.
-Marta, ven _ exclamo la abuela torciendo las arrugas de la comisura de la boca.
Y la agarro fuerte de la mano , sin soltarla, llevándola a su habitación, la que tenia las mejores vistas a la playa, aunque ya estaba oscureciendo.
Y abrió el pequeño joyero y la susurro al oído.
-Eres como la luna, aunque este sola no para de brillar.
Y movió lentamente su cabeza al cielo.
- Y por si te sienes sola te quiero regalar esto, no se si sabes la leyenda , pero la encontré el día que me fui a pasear con tu abuelo por la playa.
Y abrió la mano , y con la luz de la luna se podía apreciar una pequeña concha con dos líneas anaranjadas.
Y es que no todos los amores eternos son iguales.

Pd: Es la primera vez que escribo un cuento para el blog, y pues ponerme en los comentarios o en twitter o donde sea si os ha gustado y queréis mas. Y no hace falta escribir a quien va dedicado.
Un beso enorme.
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2 comentarios:

  1. Me has hecho llorar mi niña 😭😭😭 te amo mucho Emi, y doy gracias por haberte encontrado

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