El amor no debería ser una condena,
si no es para condenar a los corruptos.
No debería ser sufrimiento,
si no es para llorar de alegría.
No debería ser política,
ni ningún estúpido programa en un canal.
Por eso pienso que el amor debería ser a nivel mundial.
A besos en las esquinas,
sonrisas robadas en cualquier lugar de Gran Via.
Darnos la mano a desconocidos,
prendarnos de versos
y de besos.
Y que se apagaran las luces de todo el mundo por un momento.
Igual recapacitaríamos,
y veríamos que la chispa de esa electricidad, empezó en algún loco que se enamoro de su locura.
Sígueme llamando loca, pero creo que nos merecemos un poco de libertad.
Que se amen los ancianos,
que se amen los adolescentes,
que se amen los parados,
y los grandes empresarios.
Que se amen dos hombres o dos mujeres,
y que no nos miremos mal por ello.
Que se ame el mundo y que calle quien no ha amado.
Y que abajo las pistolas y arriba las manos,
que tenemos que empezar a abrazarnos.
