Soy..

Soy la foto que hiciste con los ojos del lugar mas bonito encontrado.
La pua de la suerte del peor cantante en una barra de Madrid.
La pluma de la voz que nunca grito porque nació susurrando.
Las obras de arte que me robaron la mirada.
Y los versos de Miguel Hernández entre los de Diego Ojeda.
Y solo lo intento reflejar..

jueves, 23 de febrero de 2017

Luces... Estrella.

Tan pálida de miedos,
luces estrella.
Para guiar en el camino,
a los que no tenemos brújula,
ni destino.
Me abrazas,
diciéndome en silencio,
que ya no habrá mes sin casa.
Que has clavado la espina,
de esa rosa roja que siempre has sido.
Solo que ahora, renacida.
Temblorosa de manos,
clavas las uñas en la herida.
Y te prometo, que alguien haga eso curándote,
es mas que poesía.
Crece sin miedos,
que ya llegas arriba.
Diecisiete primaveras,
guardas en esa sonrisa,
y que ningún invierno,
se atreva a matarlas a escondidas.
Feliz cumpleaños vida.



martes, 14 de febrero de 2017

A ti..

A ti,
a ti que coges el amor y lo colocas junto a la sien.
Esperando que disparen,
que te vuelvan a rebanar el sentido.
A ti,
a ti que coges el amor y lo machacas,
que vuelves acero a los latidos.
A ti,
a ti que me diste un caminar suspiro,
unos alfileres en los oídos.
A ti,
a ti que coges el amor y lo colocas junto a la sien.
Esperando que disparen,
que te vuelvan a rebanar el sentido.
A ti,
que todavía tienes miedo de caer junto a los precipicios.
A ti,
que no sabes que no hay mayor caída libre,
que la que han pasado estas rodillas.
Suplicando que volvieran,
aunque solo fuera porque yo también necesitaba sentir la pistola,
cerca, bien cerca, para sentir el peligro.
A ti,
que no te das cuenta.
De que a esta pistola;
no la queda ni una sola bala.



jueves, 2 de febrero de 2017

A ( mar )

Me has acariciado,
me has acorralado.
He paseado,
con los pies descalzos sobre tus piedras.
Y te prometo
que tengo mas heridas en el corazón abiertas.
Ibas y venias,
nunca te quedabas,
pero siempre volvías.
Quiza lleve la sal en las venas,
y por eso lloro cuando me roza las piernas.
Pero es que ese desastre,
me acogia como si fuera su amante.
Me adormecia en lo que para mi era hogar,
y me brillaban las pupilas cuando me iba.
Quiza tu me enseñaste a amar,
aunque para decir tu nombre;
le tenga que quitar al verbo,
su primera vocal.

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