Por la poesia.

Supongo que cada vez soy mas contradictoria,
o mas cristalina.
Y que ya no se que forma mi vacío,
ni que lo completa.
Ni se porque marzo siempre es tan florido,
ni porque abril siempre es el mes de los poetas.
Ni se ya que desastre habita en mi cabeza,
que cada vez da mas vueltas en direcciones opuestas.
Supongo que tanto desastre es debido a tantas cosas maravillosas,
que no las sabemos controlar.
Y supongo que el desastre del mundo en el que vivimos,
cada día es mas desastre porque no vemos ya nada bonito.
Ni en el rocío de las mañanas,
ni en la carretera limpia,
ni en la araña que teje sobre una hoja su vida.
Supongo que fui la vuelta mas rara de mi época,
y me fije en ciertas cosas,
y creo en las cartas de amor,
y en que bailar con una copa compartida es mas baile.
Y que cada vez que atraviesa el alcohol tus venas,
es como si experimentáramos de nuevo un beso de fiestas.
Supongo que feliz mes de la primavera.
Feliz día de la poesía que el 21 de marzo se cumplía,
y del teatro,
y de la muerte de Miguel Hernández.
Todo en este mes.
Pero es que mi vida es una obra entre las líneas de los poemas de Miguel Hernández,
y que bonito es.

Lugares

Supongo que me atraparon,
las olas , el mar , el faro.
Tenia algo la playa , tenia algo.
Mas tarde , encontré , a mi otro faro.
Tenia mil virtudes por cada complejo.
Y el veía que tenia tres mil complejos.
Unos ojos con ganas de comerse el mundo,
y unos gustos que a mas de uno hoy por hoy calificarían de raros.
Para mi igual que esta playa , son especiales , para mi cada rareza es bonita.
Cada sonrisa por cada insulto , y cada baile por cada desprecio.
Que la gente no tiene calificativos y que si nos apetece nos tatuemos raros en el pecho.
Que con 17 o con 40 tengamos la misma ilusión que los de 6.
Y que juguemos cada día con nuestras rarezas,
que algún día encontraremos alguien que las complemente o bien las acepte.
Que no nos rindamos por nada , que las metas están ahí , tu corre por alcanzarlas.
Que felicidades héroe.
Y que si no nos dejan soñar , no les dejaremos dormir.
A Oscar.

Al amor..

Se arañaban, se mordían, se olvidaban y volvían.
Se quejaban, discutían, se golpeaban y volvían.
Por cada vez que ellos dos,
se habían besado las rodillas.
Se habían dormido, con mensajes en los ojos.
Con gritos de emoción.
Con parálisis de amor.
Para el, el cielo.
Para ella, el infierno.
O al revés, da igual la vuelta que des.
Porque ella sacaba los ángeles de su vida.
Y el revolucionaba a sus demonios.
Dándose la mano en el purgatorio.
El caso es que los dioses se pusieran de acuerdo.
Para no formar un desastre,
con ninguno de los dos cuerdo.
Pero que locura estaban cometiendo,
separar al soñador del sueño,
el perro del dueño,
la sangre del cuerpo.
Era una locura sin remedio,
porque si juntos se mataban,
separados se morían.
Revolucionando la tierra, los extraterrestres, y el multiverso de sus besos.
Se quisieron hasta matarse.
Y se mataron hasta que vivieron.
Haciendo del amor un juego.
Donde por cada cosa que perdían, ganaba la vida.


 Pd: Desde este martes hasta el siguiente me iré de excursión al camino de Santiago, por lo que no estaré tan atenta a redes sociales, y del blog. Lo recompensare. Un beso enorme.
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Arma de doble filo.

Mala amiga.
Fría.
Silenciosa.
Ausente y cuando menos la necesitas, presente.
Engañosa.
Va a pachas con mi miedo al fracaso.
La soledad.
Hoy lucho contra ti.
Como otras tantas veces al mes.
Haciendo nuestra guerra particular.
Evitando que me pueda la ansiedad producida, por unos abrazos que enfrían.
Hoy lucho contra ti, porque siempre me atacas cuando menos te espero.
Porque a veces eres buena, pero a mi me clavas cuchillos.
Porque a todos nos atacas en algún momento.
Por muy acompañados que estemos.
Y quien mas amigos tenga, igual se siente mas solo.
Que el que hoy este mendigando caridad a la puerta de una iglesia.
Que siempre andas estirando de la cuerda.
Para ver a quien ahorcas el siguiente.
Hoy te pido que aflojes un poco la cuerda, y que nos des un poco de tregua.
Que pasemos los desamores en brazos de otros.
Y que te sequen las lagrimas un papel roto.
Yo me desahogo sobre un teclado o con tinta.
O me ahogo mas.
Es un circulo vicioso.
Desahogarme para ahogarme en mis propios suspiros escritos.
Hoy te pido, que si te da miedo la soledad.
Hoy no te sientas tan solo.
Que la soledad es un arma de doble filo.
Y siempre somos propensos a cortarnos.
Así que guárdate tiritas, y agárrate a la partitura de la vida.

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Hace unos años..

Hace unos años recorría el mundo con unas zapatillas del 36.
Ahora lo hago con las del 39.
Antes con un boli de colores.
Y ahora ya con tanto exceso de tinta que temo que me de una sobredosis.
Antes devoraba los libros.
Y en eso, mi yo del pasado sigue igual.
Antes tenia sueños a la altura de edificios.
Hoy los tengo a altura de rascacielos.
Y antes tenia amigos.
Y hoy doy las gracias por encontrar a gente, que forma la galería de mi teléfono.
Seria demasiada gente a la que nombrar, o quizá a muy poca.
Pero si hoy yo soy como soy ha sido por tener a mi lado a esas personas.
Hoy como veis solo hablo de mi misma.
De tres amores que me quemaron la vida.
De balas perdidas hechas a mi medida.
Y de querer consagrarme a mi propio arte de palabras.
Y a que me llamen loca por la calle.
O que tengo pájaros en la cabeza.
O que me voy a morir de hambre.
De que mi pie no crecerá mas, pero mi cabeza si.
De que me seguiré drogando con tinta.
Que devorare libros.
Que la meta sea el Everest de Nach.
Que no pierda nadie de los que conforman mi vida.
Que encuentre un amor perdido.
Y no pierda a mis balas perdidas.
Que siga con la cabeza en las nubes.
Y que me muera de hambre.
Porque si no lo hago.
Me moriré de las ganas de comerme el mundo.
Y de sueños.
Porque si no nos dejan soñar, no les dejaremos dormir.

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Llamamientos.

Hacia un llamamiento a la poesía que desprendían sus pupilas.
Hacia un llamamiento de la magia que me otorgaban sus piernas.
Hacia un llamamiento por querer recorrer cada centímetro de su espalda.
Estrellándome contra cada hueso saliente.
Hacia un llamamiento por querer ser de carne y hueso.
O que alguien me hiciera de tinta y papel.
Hacia un llamamiento por cada vez que gritaba, como partiéndose la voz, con cada canción de rock.
Hacia un llamamiento para que me encontraran.
Porque yo, que sufro de sueños, necesitaba que me encontraran.
Que alguien se sumergiera en mis teclas, para ser dueño de las alegrías de ellas.
Que alguien me encontrara para caminar como sin piernas.
Que alguien me encontrara para ser capaz de recorrer cada saliente que sus huesos me otorgaran.
Que alguien me encontrara, para no ser tan de tinta y papel.
Seguía haciendo mis llamamientos, para que alguien entendiera, que dentro de mi piano tenia otras hadas, que se desmelenaban cantando a Extremoduro.
Y que brindaba con ron en cada fiesta, pero despertándome peinada y sin resaca a la mañana siguiente.
Quería que alguien me encontrara para que viera que era una poeta revolucionaria, o al menos un intento de poeta.
Y que me quería tatuar la palabra valiente en la frente, para que todos vieran que ya lo era.
Quería que alguien me encontrara, para perderse conmigo, para que se sumergiera en este desastre cuyas letras hoy ya son lo que pisan con fuerza y no sus Nike desgastadas.
Quería que alguien me quisiera tanto como para entender mi desastre.
Y querer hacer otro conmigo.