Soy..

Soy la foto que hiciste con los ojos del lugar mas bonito encontrado.
La pua de la suerte del peor cantante en una barra de Madrid.
La pluma de la voz que nunca grito porque nació susurrando.
Las obras de arte que me robaron la mirada.
Y los versos de Miguel Hernández entre los de Diego Ojeda.
Y solo lo intento reflejar..

martes, 2 de febrero de 2016

Miedo ( Parte 2 )

Eran nuevos días.
Nuevos meses.
Nuevas vidas.
Eso decían.
Cada vez que algo se rompía.
Solo que en esa relación no se había roto nada.
Miedo y Tabaco seguían juntos.
Creo recordar, que mis ultimas palabras fueron cuando el cielo se tiño de negro.
Y Miedo y Tabaco discutieron.
Bien, pues ese fue su color a partir de ahí.
Solo había negro.
Y lo veían todo a escala de grises.
Pero no era un negro como el de las fotografías, resaltando lo mas oscuro, o como en la ropa, el negro elegante.
Era un negro de luto.
Porque si se habían muerto.
Miedo se había muerto en vida.
Los cigarros ya no eran a pachas.
Cada uno el suyo.
Y Miedo dejaba de fumar.
Pero el vicio de la nicotina la perseguía.
Los susurros por su espalda, se perdieron definitivamente.
El luto era absoluto.
Creo que es hora de que si no lo habéis descifrado lo hagáis.
Lo que paso esa noche en la que Miedo quiso dejar de ser Miedo y cambiarse el nombre.
Que entendáis el color negro.
Y porque ese día no solo salieron rotas las medias de Miedo.
Ese día salió rota una costilla.
La costilla de Miedo.
Tabaco la oprimía, hasta tal punto, que Miedo se ahogo.
Solo quería ser ella misma.
Sin tener la aprobación de esos ojos azules.
Lo intento.
Romper con el.
Romper cualquier abismo de amor.
Y la era imposible.
Cada día estaban mas rotos los dos.
Porque aunque no la pegara todos los días.
Se partían el alma.
Y ella seguía enganchada a el.
Como a la nicotina.
Un día los poetas que tanto lloraban por la musa que se había convertido en la sombra de una gótica.
Reaccionaron.
Ayudada por sus poetas, sus ángeles se fue a enfrentar con sus demonios, que por desgracia.
Residían en unas pupilas con el iris azul.
Le llevo dos rosas.
Cada una representando un color. Una señal.
Una era rosa , y la otra negra.
Una era ella antes y la otra en lo que se había convertido.
Miedo ese día se cambio el nombre y intento apagar en esa conversación el cigarro.
Intento quitarse el vicio por los dos.


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