Os gritaría con el alma en el pecho,
que han hecho jirones los trozos de corazón que quedaban.
Y que unos niños lo patalean,
hasta dejarlo inconsciente pero no muerto.
Lo justo para no revivir y no querer vivir.
¿Y como sobreviviremos a los naufragios de los libros?
Si nos ahogamos todas las noches entre vasos de ginebra,
creyendo que somos la musa de bares de Pereza,
cuando en realidad volvemos envueltos en mareos.
Para no recordar aquello que nos rompió el alma.
Y te das cuenta, de que ninguna bebida te salva,
si no te la sirven las personas adecuadas.
Y de que nunca serás la musa de Pereza,
porque algún día te cantara alguien con voz ronca,
que compartáis almohada.
Con los acordes mas horribles de una fiesta.
Y te lanzara un salvavidas que tu no necesitaras.
Porque tu corazón herido se ha puesto vendas,
que le hacen flotar.
Porque nadie es mas fuerte ni mas valiente,
que el que posee un corazón que nada en su naufragio,
pese a no saber nadar.
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