Soy..

Soy la foto que hiciste con los ojos del lugar mas bonito encontrado.
La pua de la suerte del peor cantante en una barra de Madrid.
La pluma de la voz que nunca grito porque nació susurrando.
Las obras de arte que me robaron la mirada.
Y los versos de Miguel Hernández entre los de Diego Ojeda.
Y solo lo intento reflejar..

lunes, 4 de enero de 2021

 

LUCECITA DE NAVIDAD

Había una vez… una lucecita de navidad. Lucecita de navidad está triste. Todos los años cuando hace frío la sacan de esa enorme caja polvorienta, donde están esas bolas tan brillantes y esas ruidosas figuras que no paran de parlotear. Se llaman pastores y siempre están con el mismo tema ¡El niño que ha nacido! ¡Qué pesados!

¡Pero fuera ya hace mucho frío! ¡Y ya la van a sacar! O eso pensaba ella. Este año se ha quedado sola. Lucecita de navidad tenía muchos amigos y familia. Todos vivían en el mismo cable. Ella era de color rojo, pero no todos eran así. Sus tíos eran verdes, sus amigos azules… Y ese lucecito tan guapo del cable de más abajo ¡amarillo! ¡Estas navidades sus bombillas latirían al unísono! Hasta que lucecita se cayó. Y se quedó sola en la caja

- ¡Oh no! - grito- ¿Y ahora qué haré?

 No le gustaba estar en ese frondoso árbol en el que no se veía nada de la casa, pero claro, allí tirada ¡ni hablar! Y lucecita se puso muy muy triste.

- ¡Ayuda! ¡Ayuda! - Exclamó

Pero ya era tarde. Ninguno la oía. Fue entonces cuando algo la elevó por el cielo. ¡Era un humano! ¡Pero no uno de esos humanos gigantes que montaban el árbol! Era uno de los chiquititos. De los que se divertía adornándolo.

- ¡Papá! ¡Papá! - Oyó Lucecita de la voz del humano pequeñito- ¡Esta luz se ha caído!

-Bah… tírala a la basura, si hay muchas. - Respondió el humano grande.

- ¡NOOOO! -  Lucecita casi se funde del susto.

- ¡He tenido una idea mejor papá!

Y el humano pequeñito se llevó a Lucecita al mismo sitio donde estaban los pastores, esos tan pesados. Lucecita abrió mucho los ojos. Había un niño recién nacido, reyes… ¡Menuda fiesta!

-Mira papá la voy a poner aquí! Encima del árbol del belén y así guiará a los Reyes Magos.

Lucecita no se lo podía creer. Quería gritarle al niño que millones de gracias, pero sabía que no podía escucharle. Los humanos no tienen esa magia.

Pero justo antes de colocarle el niño se acercó y susurró:

-Tranquila, después de navidad te pegaré con cinta aislante y estarás con los demás. Y le guiño el ojo.

Lucecita le dio las gracias y de la vergüenza se sonrojó y se encendió.

Y colorín colorado… Este cuento se ha acabado.