Luvia.

Lluvia, siempre me ha gustado mas el sol, poder salir, disfrutar, piscina, comidas, alegría..
A eso asociaba yo el sol. El día.
Pero la lluvia.. A que la iba a asociar yo, a días en casa, tristes, a los cristales del coche mojados, a la tristeza.
Pero como muchas veces, me equivocaba, y tuve que descubrir, descubrir la lluvia, salir un día y calarse, calarse de las risas, de pasear metidos en un paraguas, de calarse los huesos y la vida, la lluvia me daba vida, y yo no me daba cuenta de apreciarla, que las tardes sin jugar se convertían en  tardes de pelis, en las que me tomaba chocolate caliente y palomitas, con la peor peli que te puedas imaginar, o con la mejor, depende del momento, no de la película. De la banda sonora de las risas de esa casa o de los llantos.
Que descubrí los miles de colores de los paraguas y que las botas de goma hacían juego con ellos. Que pisabas los charcos queriendo levantar tsunamis.
A que los cristales mojados en verdad eran gotas que jugaban ha hacer carreras y lo apostabas todo a la gota mas fuerte y vena otra por detrás y se fundían, y al final ganaba la pequeña.
A que los besos bajo la lluvia sabían mejor en las películas y los libros, y a la risa de cuando estas atrapado por la lluvia.
Descubrí lo maravilloso de la lluvia, de los paraguas, de esos días en casa, a las gotas de los cristales.
Y a que esa tristeza podía ser alegría.
Míralo todo al revés, búscale lo maravilloso.
Yo sigo prefiriendo el sol, pero puedes descubrir otra mundo en algo en lo que te empeñas en que no es así.
Y yo ahora me declaro fan de esos días , que solo tienen una palabra, magia .
Pero que cada vez que queramos poner la magia, la magia aparecerá allí.
Mírale el lado bueno a tu lluvia.
Y que si no nos dejan soñar, no les dejaremos dormir.