No se de donde salía,
esas ganas, esas curas, esa perra que rugía como si llevara detrás toda una jauría.
( Y ella fuera la rebeldía)
No se de donde salían,
esas risas en medio de cada partida.
Y esa cabecita loca que no recordaba bien los momentos del día.
( Menos el momento en el que sonreías )
No se de donde salían,
las ganas de esconderse,
para mostrarse todo lo que pudiera,
como si de cristales se tratara mi vida.
No se de donde salían las ganas de soñar,
con tus uñas pegadas a la barriga.
Ni se de donde salían,
esos besos de tinta,
que empezaban a caminar,
cada vez que te sentía.
No recuerdo donde le enterraría,
a ese corazón roto que ya no quería.
Se que se quedo una pequeña parte en mi latido,
para que cada vez que sonara a taquicardia.
Me acordara de la pólvora que dejaste aquí calada.
Conmigo.
Que no se joder, que aquí suena a roto, por mucho que lo hayan cosido.
Que siempre fui de perdedores y perdidos,
de querer encontrar brújulas,
y romperlas siempre por el camino.
Que no me da miedo caerme,
si alguien se queda en el suelo conmigo,
ayudando a estos versos,

a que tengan algún sentido.